Lección 4: Tensiones y alternativas en psicología de la educación
Isabella Gonzalez Henao
En la presente semana, la temática de la clase giraba en torno a la tensiones en la psicología educativa, por lo que se discutió sobre los diferentes conceptos, enfoques, concepciones y tendencias que son de gran importancia en los planteamientos actuales.
A raíz de la actividad realizada en clase, uno de los temas que más salió a relucir sobre la orientación de la psicología y su relación con la educación fue la unidad de la enseñanza y el aprendizaje. Este es uno de los puntos de partida más básicos que se pueden tratar, ya que es muy interesante que tradicionalmente la psicología consideraba que el aprendizaje de los estudiantes era un tema totalmente separado de la enseñanza. Pero este horizonte se llegó a ampliar gracias a los aportes de la educación, sobretodo dentro de los ambientes escolares, donde se establece que dichos procesos van estrechamente agarrados de manos. El aprendizaje es el propósito principal de la enseñanza, y así mismo, la enseñanza es el principal medio por el que se alcanza este propósito. No se puede llegar a comprender totalmente como aprenden los alumnos sin comprender como enseñan los maestros, y viceversa. Esta concepción está respaldada por la visión constructivista que propone el aprendizaje como un proceso social, cultural e interpersonal.
Teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, el hecho de que el aprendizaje sea un proceso individual que implica internalizar conceptos y llevar a cabo la construcción de significados y otorgar un sentido a lo aprendido, no quiere decir precisamente que este sea un proceso solitario. Los alumnos aprenden con otros y de otros, y este aprendizaje está fuertemente mediado por instrumentos culturales, dirigido principalmente a la asimilación de saberes que tienen origen cultural.
De esta forma, ya se puede entender un poco más la diversidad de las alternativas en la forma de ver y entender la psicología de la educación, que en algunos casos puede ser mas aplicacionista, es decir la visión de la educación como un campo de aplicación del conocimiento psicológico o, en otros casos se puede ver más cómo un ámbito de estudio y actividad que cuenta con sus características propias y específicas que van más allá de la aplicación del conocimiento psicológico. Esta división claramente influye en las ideas y visiones sobre qué es la psicología educativa, de qué se ocupa, qué debe ser y de qué debe ocuparse. Pero a pesar de esto, a nuestra disciplina finalmente se le atribuye la responsabilidad de estudiar cómo aprenden y se desarrollan las personas.
Finalmente, como conclusión se puede afirmar que a pesar de que existan diversas formas de entender y explicar la relación entre la psicología y la educación, como lo son la unidireccional (one-way Street), ausencia de relaciones (dead-end Street) y la relación bidireccional (two-way Street), en ninguna de estas formas de relacionarse se excluye para los psicólogos educativos el trabajo de estudiar los procesos de aprendizajes, sus dificultades, mediciones y se llega a entender a la psicología educativa como una disciplina puente de naturaleza aplicada.
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