Lección 8: Escuela Encrucijada

 Isabella Gonzalez Henao

Para esta semana, la clase fue vista de forma asincrónica, buscando explorar las nuevas alternativas que nos ofrece la modalidad de clases remotar y virtuales. Para esto, el tema tratado en clase se basó en la lectura de Cajiao, sobre el análisis y la evolución de la escuela como institución escolar, teniendo en cuenta los avances y retrocesos que en este proceso se han visto, al igual que las críticas que han recibido dichas instituciones. Por esta razón, la educación se encuentra en una constante búsqueda de nuevos horizontes que nos lleven a un aprendizaje más adecuado, en el que no sólo es importante el conocimiento, como ha venido predominando durante un gran tiempo. 

 

Se busca resaltar la diversidad de metodologías para enseñar, y transmitir información, teniendo en cuenta los diferentes enfoques de la educación, que conllevan a diversos tipos de escuelas que buscan enseñar desde enfoques y métodos acordes a sus ideologías, y que se ajusten a las habilidades y personalidades de sus alumnos. 

 

En un primer momento, la clase se enfocó en exponer esa forma tradicional en la que se solía concebir la escuela, dónde la enseñanza era laica, y los encargados de enseñar a los niños eran las iglesias. Pero esta responsabilidad que antes recaía sobre la iglesia y la familia ha llegado a pasarse al Estado, ya que actualmente la relación existente entre la escuela y este gira en torno a un enmarcamiento en un sistema educativo. Asimismo, anteriormente la figura del profesor era la de un artesado que transmite un saber hacer, pero actualmente se convierte en una figura nueva, conocida por la modernización, llegando a ser autoridades morales dentro de su comunidad. Es por esto que la escuela llega a privilegiar ciertas formas de conocimiento planeando una relación conveniente para los interéses y expectativas de la sociedad y el Estado, cifrada a traves de la cultura letrada. 

 

De esta forma, se llega a tener como uno de los objetivos principales brindar una educación  de calidad, en la que se logra la reproducción de aquellos saberes aplicables a un mundo real, dominado por la productividad y el control. Es así como el Estado llega a intervenir en detalles que se creería que son mínimos como la duración de la jornada diaria, del periodo escolar y el tiempo de su vida que una persona invierte dentro de una escuela en los diversos niveles de educación formal. Todo esto con el fin de lograr los efectos deseados por la escuela y el Estado, en la que hemos llegado a separar el mundo del adulto del mundo infantil, dejando la responsabilidad del cuidado, la protección y el aprendizaje de los niños sobre una institución ajena a la famlia y la iglesia. 

 

Es así como finalmente la escuela supone el uso de diferentes elementos que hacen parte de aquello que la define como institución, en los que se resalta el uso de un espacio diferenciado socialmente, ya no desde la casa o el templo religioso, se reproducen diferentes formas de participación en las comunidades, cuenta con un propósito universalista y democrático esperando llegar a la gran mayoría de personas, con un conocimiento formalizado, validado y soportado que representan una utilidad a la sociedad, una financiación estatal y unas prácticas específicas universales. Pero así llegamos a la pregunta: ¿Quién realmente comprueba cual es la manera correcta de enseñar? Y, ¿Qué es realmente lo que se debe enseñar en una escuela?